El Bio-parque El Rosal fue el escenario perfecto donde culminó el proyecto "Barrios Vivos Sector Molinos Somos Hij@s del territorio de la Chiguazá". El evento reunió a niños, jóvenes, adultos y personas mayores, protagonistas de este proceso de recuperación y reivindicación del territorio, en una jornada llena de actividades artísticas, culturales y ambientales.
Desde el inicio, el ambiente de alegría y sonrisas se apoderó del parque. Los stands exhibieron con orgullo los productos resultantes de los diversos talleres. Sin embargo, la llegada del Grinch navideño desató la euforia entre los asistentes. Niños y jóvenes persiguieron al personaje verde por todo el parque, cantando, bailando y creando momentos de gran diversión.
En simultáneo, el grupo de danzas de adultos mayores de la Fundación Mujeres Guerreras sedujo al público con presentaciones de carranga. En su stand esta Fundación con las mujeres emprendedoras y los niños expusieron sus creaciones artísticas, mostrando cofres, mochilas y portalápices elaborados con material reciclado, evidenciando el trabajo realizado en los talleres.
La música continuó con la presentación de la Fundación Orion Band junto a Asoarchipro, quienes interpretaron tres canciones de su autoría: "Te lo diré", “No será para siempre” y "El planeta es tuyo", transmitiendo mensajes de reflexión y conciencia.
La carpa de la novena navideña ofreció un espacio de recogimiento, donde los niños recibieron obsequios de plantas y apreciaron una exposición fotográfica. Con Georgina Aponte los más pequeños disfrutaron pintando a sus mascotas y participando en una charla sobre el cuidado de los animales de compañía.
La memoria de la Chiguazá se hizo presente a través de la "Colcha de retazos", una muestra conmovedora de la historia del territorio. Mientras que en la carpa de "Diálogos vecinales por el cuidado del medio ambiente", se exhibieron trabajos realizados con material reciclado, reforzando la importancia de la sostenibilidad.
El entretenimiento continuó con el espectáculo de Circo Encuentro, que asombró al público con malabares, zancos y acrobacias. Por su parte el colectivo de grafiti plasmó en un mural un poderoso mensaje sobre el rescate y cuidado de los recursos naturales: fuentes hídricas, zonas verdes y fauna.
Un toque de tradición ancestral se vivió con la degustación de chicha servida en totuma, una bebida que evocó recuerdos de la tierra, el campo y los ancestros.
El punto culminante de la jornada fue la olla comunitaria, donde todos compartieron un delicioso ajiaco santafereño acompañado de arroz y aguacate, fortaleciendo los lazos de comunidad.
Finalmente, la fiesta continuó con la música de Son de Ají, que puso a bailar a todos al ritmo de la salsa. Las agrupaciones Sikuris Chiguasur y Unión Parrandera, con música tradicional, mantuvieron el ambiente festivo, y Orion Band cerró el evento con broche de oro.
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